La Macrorregión Atlántica: un nuevo horizonte de cooperación en la Unión Europea
FUNDACIÓN GALICIA EUROPA · DAVID MOURO
La cooperación transnacional en el espacio marítimo atlántico de la Unión Europea se encuentra en un proceso de revitalización debido a los esfuerzos dedicados a crear una Macrorregión Atlántica. Sin embargo, para entender la motivación detrás de este proyecto, debemos primero comprender el concepto de macrorregión.
Una macrorregión se establece a partir del diseño de una estrategia de cooperación intergubernamental transfronteriza entre al menos cuatro países de la Unión Europea que compartan un área geográfica determinada. El principal objetivo es abordar desafíos comunes de forma conjunta, proponiendo soluciones más efectivas que las individuales y fortaleciendo la coordinación entre las políticas públicas de los Estados miembro que la componen. Es por esto, que el proceso de creación debe entenderse desde el compromiso político y social necesario para adaptarse a un contexto que requiere nuevos enfoques.
En la actualidad, tras el Brexit, la pandemia de covid-19 y la invasión de Rusia a Ucrania, el sistema internacional experimenta un proceso de desglobalización, protagonizado por la crisis económica y los cortes en el suministro energético. Además, el éxito de políticas europeas como el Pacto Verde depende de una transición coordinada en el ámbito marino y terrestre que respete las necesidades de las regiones periféricas y centrales. En consecuencia, la posibilidad de crear una Macrorregión Atlántica, impulsada por la Comisión del Arco Atlántico de la Conferencia de Regiones Periféricas Marítimas, ha recibido el apoyo oficial del gobierno de España y de Portugal, con intención de ser presentada como iniciativa durante la Presidencia Española del Consejo de la Unión Europea durante el 2.º semestre de 2023. Sin embargo, para la creación de la Macrorregión Atlántica, es imprescindible el apoyo de Francia, país cuya posición favorable no termina de oficializarse, e Irlanda, quien hasta el momento está en contra.
La adopción de la Macrorregión Atlántica presenta tres ventajas considerables. Por una parte, debido a su carácter marítimo, fortalece la conexión entre las industrias marinas y terrestres, conectando la economía azul con las zonas interiores del país y favoreciendo una transición en energías marinas renovables. En segundo lugar, debido a su modelo de gobernanza multinivel, ofrece una plataforma donde las regiones del eje atlántico pueden cooperar directamente entre ellas. Por último, a pesar de que la medición del retorno de inversión en una Macrorregión es compleja, se estima que los Estados miembros pertenecientes aumentan la captación de financiación a través de programas y fondos europeos.
Por el contrario, la principal crítica a la Macrorregión Atlántica es el coste de capital humano que puede suponer para las administraciones regionales. Dado que ya existen métodos de cooperación en el Atlántico, como la Estrategia Marítima Atlántica, se pueden generar duplicidades contraproducentes.
En el plano político, Galicia apoya la creación de una Macrorregión Atlántica desde el inicio de la idea hace más de 10 años. Entre los motivos: el impacto positivo que podría generar con el fortalecimiento en el ámbito marítimo o la promoción de proyectos conjuntos ligados a las estrategias de especialización inteligente de cada región atlántica. Sería también un buen modo de incentivar las sinergias entre los territorios del interior con los costeros, mejorando conectividad y coordinación.
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