Una filosofía de vida
La Feira do Viño do Ribeiro lleva años reconociendo sus vinos como los mejores de la Denominación de Origen. ¿Están satisfechos con el resultado de los vinos Leive?
La verdad es que estamos logrando lo que queríamos cuando decidimos montar la bodega y dedicarnos a esto de modo profesional: hacer el mejor vino posible. Y estos reconocimientos en la Feira do Viño así lo demuestran. El año pasado logramos los premio de la cata popular al mejor tinto para Preto de Leive y al mejor blanco para Leive Paradigma, y este año repetimos con el blanco y estamos a la espera de la cata profesional, que aún no se ha celebrado. En total tenemos 6 primeros premios, 6 segundos y 12 terceros.
Pese a ello Aurea Lux sigue siendo una bodega pequeña y de ámbito familiar. ¿Qué capacidad tiene?
Efectivamente Adegas Aurea Lux es una explotación de carácter familiar y pequeña; aquí comenzó mi abuelo en los años veinte y siguió mi padre en los sesenta, hasta que nos unimos la tercera generación, mis cuatro hermanos y yo, a principios de los noventa. Actualmente tenemos 4 hectáreas de viñedos, todos en el margen izquierdo del Avia, de donde sale la totalidad de nuestra producción, unos 20.000 litros –30.000 botellas, aproximadamente–. Aunque pronto incorporaremos dos hectáreas más que estamos preparando y también empezamos a acoger a socios cuya producción se adapte a nuestras exigencias y puedan integrarse en este proyecto.
¿De qué exigencias estamos hablando?
Para nosotros esto es mucho más que un hobby o una actividad empresarial, es una filosofía de vida. No se trata de hacer vino; se trata de hacer algo de lo que nos sintamos orgullosos, y eso incluye el vino pero también el respeto al medioambiente, al patrimonio, a la tradición, etc. Nuestra producción es completamente ecológica, lo que implica menos cantidad pero una mayor calidad, que es nuestro principal objetivo. Y supone, sobre todo, mantener esa apuesta medioambiental fundamental para poder dejar algo mejor que lo que había a generaciones posteriores. Los sulfatos han causado muchos problemas en las últimas décadas y al ritmo que se va, con sulfatados sistémicos cada ocho días, se corre un serio peligro de empobrecer los vinos, nuestra salud y el futuro de esta zona. Para nosotros es tan importante hacer un buen vino como hacerlo de forma sostenible. Y eso incluye el valor ambiental pero también el cultural o el patrimonial.
Actualmente la bodega es mucho más conocida por su marca comercial, Leive, que salió al mercado en 2001. ¿Cuántos vinos comercializan bajo esta denominación?
En este momento tenemos tres blancos y un tinto, Preto de Leive, ecológico y multivarietal, con uva mencía, sousón, brancellao y caíño a partes iguales. En los blancos hay un monovarietal, el Leive Treixadura, que es un vino amarillo pajizo con reflejos dorados, muy fresco y aromático, que se obtiene de extraer únicamente el mosto balsa tras un proceso de decantado, y reducir al mínimo el uso de productos fitosanitarios o sulfatos. En cambio, el Leive Paradigma y el Reliquia son multivarietales.
El Paradigma tiene un 50 % de treixadura, un 35 % de albariño y un 15 % de loureira que se maceran juntos en frío y después se produce la fermentación alcohólica a temperaturas que no superan los 16 ºC y una parte se pasa un tiempo a barricas de roble para darle complejidad. Y la joya de la bodega es el Leive Reliquia, que se elabora con una selección muy cuidada de treixadura, albariño, loureira, caíño blanco y godello. También se fermenta en frío y antes de acabar el proceso se pasa el mosto a barricas de roble para que terminen la fermentación. Este proceso dura unos diez meses y después todavía descansa al menos dos meses más en botella. Así se obtiene un vino dorado intenso muy rico en matices y, como todos nuestros vinos, de escasa acidez.
(Extracto da entrevista completa, que se poderá ler no número de abril de eco)
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