La obesidad, otro reto para la próxima década
Más de la mitad de la población adulta en España padece sobrepeso, lo que afecta a su salud y a su vida personal pero también, y de forma cada vez más acusada, a la economía nacional. El sobrepeso representa el 9,7 % del gasto en salud y reduce la producción del mercado de trabajo en una cuantía equivalente a 479 000 trabajadores a tiempo completo por año. Todo ello se traduce en que el sobrepeso reduce el PIB español en un 2,9 %. Para cubrir estos costes, cada ciudadano en España paga 265 euros adicionales de impuestos al año.
Un informe de la OCDE titulado La Pesada Carga de la Obesidad - La Economía de la Prevención revela que, en la actualidad, más de la mitad de la población en 34 de los 36 países de la OCDE padece sobrepeso y que casi una de cuatro personas es obesa. Las tasas medias de obesidad en adultos en los países de la OCDE han aumentado desde el 21 % en 2010 hasta el 24 % en 2016, lo que significa que hay 50 millones más de personas obesas.
Según los expertos, en los próximos 30 años las enfermedades relacionadas con la obesidad se cobrarán más de 90 millones de vidas en los países de la OCDE, además de suponer una reducción de la esperanza de vida de casi 3 años. Los españoles ya viven en promedio 2,6 años menos debido al sobrepeso, además de los numerosos perjuicios que conlleva para la vida personal de quien la sufre.
Los adultos obesos tienen un mayor riesgo de sufrir enfermedades crónicas, como la diabetes, y una menor esperanza de vida. En los 28 países de la UE, los hombres y las mujeres que ocupan el grupo de ingresos más bajo tienen, respectivamente, un 90 % y un 50 % más de probabilidades de ser obesos, en comparación con aquellos que se encuentran en el grupo de ingresos más altos, lo que contribuye a consolidar la desigualdad. Las personas que sufren como mínimo una enfermedad crónica asociada con el sobrepeso tienen un 8 % menos de probabilidades estar empleadas el año siguiente. En caso de que tengan un empleo, tienen un 3,4 % más de probabilidades de ausentarse o de ser menos productivos.
Por ello las repercusiones del sobrepeso van mucho más allá de la salud personal de quien la sufre. La incidencia sobre la economía es ya muy destacable. Según este informe, “la obesidad y las enfermedades relacionadas con esta patología se traducen en una reducción del PIB del 3.3 % en los países de la OCDE y en una pesada carga para los presupuestos familiares, con una cifra que asciende a 360 dólares anuales per cápita”.
La obesidad en España
En nuestro país el sobrepeso representa ya el 9,7 % del gasto en salud y supone una reducción de la producción del mercado de trabajo en el equivalente a 479.000 trabajadores a tiempo completo por año. Esto implica, según el informe de la OCDE que el sobrepeso reduce el PIB español en un 2,9 % y que, para cubrir estos costes, cada ciudadano en España paga 265 euros adicionales de impuestos al año.
A fin de abordar la epidemia de obesidad, España ha adoptado una serie de políticas, que incluyen el etiquetado de alimentos voluntario en la parte frontal de los paquetes y restricciones sobre la publicidad, así como impuestos sobre las bebidas azucaradas. No obstante, “cabría hacer más”, indican los expertos que han elaborado el informe. En sus conclusiones proponen implementar un paquete combinado de políticas o determinadas acciones destinadas a “prevenir enfermedades no transmisibles, reducir el gasto en salud y aumentar la productividad de la fuerza de trabajo”.
En cuanto al “paquete combinado”, proponen incluir “el etiquetado de los menús, la prescripción médica de actividad física y programas de bienestar en el centro de trabajo”. Con ello calculan que se podrían prevenir hasta 96.000 enfermedades no transmisibles de aquí al año 2050, ahorrar 32 millones de euros al año en costes sanitarios, y aumentar el empleo y la productividad en una cuantía equivalente a 4.000 trabajadores a tiempo completo por año.
Por otra parte, destacan que “una reducción calórica del 20 % en los alimentos con alto contenido en azúcar, sal, calorías y grasas saturadas podría prevenir 472.000 enfermedades no transmisibles de aquí al año 2050, ahorrar 169 millones de euros al año en costes sanitarios, y aumentar el empleo y la productividad en una cuantía equivalente a 13.000 trabajadores a tiempo completo por año”.
Si aplicamos las iniciativas orientadas a la población general –presentación de la información nutricional en los alimentos y los menús, campañas en medios de comunicación, etc.– en los 36 países incluidos en el análisis se podría salvar la vida de entre 51.000 y 115.000 personas de aquí al año 2050. Esto sería equivalente a prevenir todas las muertes por accidente de tráfico en carretera en los 28 países de la UE y en los países de la OCDE, respectivamente. El ahorro económico también sería muy importante, y solo el etiquetado de alimentos ya supondría un ahorro de hasta 13 mil millones dólares americanos entre 2020 y 2050.
“Las actuaciones de salud pública para promocionar estilos de vida saludables tienen un impacto positivo sobre la salud de la población y suponen una excelente inversión. En promedio, por cada euro que se invierte, se logra un retorno de hasta 6 euros en beneficios económicos”, concluye el informe. El Secretario General de la OCDE, Ángel Gurría, es contundente: “Existen razones económicas y sociales urgentes para ampliar las inversiones a fin de combatir la obesidad y promover estilos de vida saludables”.
(Extracto del reportaje publicado en el número 344 – enero 2020)
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