“Invertir en un casco histórico es un valor seguro”
José Manuel Bello preside la asociación de comerciantes del casco histórico de Santiago desde hace más de una década y en 2014 se convirtió en el primer gallego en asumir la máxima responsabilidad nacional de una patronal comercial. Combativo con los políticos por el escaso conocimiento de la realidad comercial en general, y de los cascos históricos en particular, José Manuel Bello se ha erigido en la voz de un sector al que, pese a las dificultades, augura un futuro esperanzador.

Últimamente hubo bastantes aperturas y renovación de comercios en el casco histórico de Santiago. ¿Se está recuperando la actividad tras la crisis de los últimos anos?
Fruto del trabajo de nuestra institución hemos tenido éxito y no hemos registrado una caída como otras áreas comerciales. El camino de Santiago ha sido un eje muy importante, y eso también ha llegado al comercio; llega mucha gente y eso se nota en el turismo de compras. Y, después, también está el trabajo que habíamos hecho ya previamente en el tema de las rentas antiguas que, junto con las campañas que llevamos desarrollando en los últimos años, de promoción, publicidad, etcétera, pues han permitido que tengamos una muy buena recuperación y que seamos uno de los cascos históricos que menos han sufrido.
Desde a asociación siempre han sido muy críticos con todos los gobiernos locales. Y llevan pasados unos cuantos… ¿Qué pasa? ¿Cuál es el punto de desencuentro?
Es una forma completamente distinta de ver la ciudad, la que tienen desde el ayuntamiento a la que tenemos nosotros, que somos los que estamos a pie de calle y conocemos el sector. Tanto en gestión de las calles, distribución comercial, etc. Tienen mucho que aprender; la mayoría de los políticos van a piñón fijo, a lo que digan los técnicos y de ahí no se salen. Y eso conlleva que no busquen el consenso con los comerciantes. Yo tengo una experiencia de 12 años al frente de esta asociación y presido la confederación estatal, por lo que conozco a la perfección los cascos históricos de Galicia y de España, y la percepción que tenemos nosotros es muy distinta a la suya. Es verdad que ser político no es ser comerciante y eso ya es un problema. Debería pasar una prueba previa todos los políticos que van a manejar temas empresariales, porque la mayoría son funcionarios o técnicos de diversas áreas pero de empresa… Y luego hay una burocracia establecida en todos los Concellos –en este más–, que nos lleva a que las cosas no evolucionen; se enrocan en muchos problemas y no hay manera de sacar nada adelante. Dicen que hay una falta de personal y eso, unido a unos técnicos con una forma muy particular de ver el casco histórico pues… Y nosotros, que somos residente y resistentes, pues aquí estamos.
¿Cómo querrían ver ustedes el casco histórico de Santiago?
La perfección absoluta no existe, pero hay que intentar tratar bien todos los aspectos de la gestión: desde la limpieza a hacer unos programas de dinamización acordes a lo que es la capital de Galicia; llevar a cabo una conservación como merece una ciudad como esta; establecer un proyecto a medio/largo plazo sobre lo que queremos hacer con el casco histórico, etc. La semana pasada estuve en Valencia con diez alcaldes de Argentina y varios técnicos que vinieron a ver cómo trabajamos; y los ejemplos fueron Santiago, Valencia y el barrio de las Letras de Madrid. Los tres modelos los llevaron como metodología para estructurar la gestión de lo que ellos llaman centros comerciales a cielo abierto.
Uno de los grandes problemas por resolver en Santiago es el de la movilidad. Últimamente se mira mucho a Pontevedra… ¿Qué modelo de comercio y que modelo de casco histórico defienden para Santiago?
Pontevedra no es ejemplo de movilidad para nada. Ha tenido algún premio importante pero en movilidad cero. No hay un puñetero parking en la ciudad. Como ejemplo de movilidad pondría Bilbao, que tiene un tren de superficie que une la zona vieja con la nueva y ha tenido un éxito extraordinario. Y otras ciudades cuentan con metro pero, claro, nunca tendremos dinero para hacer eso en nuestra ciudad ni en los cascos históricos de Galicia. Otro ejemplo es Oviedo, cuyo contorno cuenta con múltiples parkings hechos a precio de coste para que usen los vecinos. Ese podría ser un modelo…
¿Animaría a alguien a abrir un comercio en un casco histórico como Santiago?
Sin lugar a dudas. El año pasado hemos tenido, pese a quien le pese, 92 millones de visitantes en España y el 90,9 % han pasado por un casco histórico. Se dice fácil y pronto pero estas cifras no las maneja cualquiera. Somos la tercera potencia turística y la gente no solo viene a visitar playas […] Invertir en un casco histórico es un valor seguro; es la mejor inversión que puede hacer cualquier joven y cualquier persona.
(Extracto de la entrevista completa, que se podrá leer en el número de julio de eco)
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